Cultura y Tradición a través de Imágenes

La historia de Cartagena de las últimas ocho décadas ha pasado por el objetivo de su cámara. El veterano fotógrafo Ramón García fue nombrado el jueves, a sus 92 años, cartagenero del año 2007, un mérito del que se siente orgulloso pero que no frena su envidiable vitalidad y un puñado de sueños en su cabeza. Los más inmediatos: comprar una cámara digital y convertir su casa en un museo con todas las fotografías que ha realizado desde que tenía 15 años.

Las nueve décadas que lleva a sus espaldas parecen pesarle poco. Lo resume en pocas palabras: «Todo ha cambiado. Son muchos recuerdos y gente a las que he conocido. Ha sido bonito hacerles una fotografía», dice.

Ramón nunca ha estado casado y vive sólo en su casa de la calle Palas, donde trabaja sin descanso para transformarla en una sala de exposiciones cuya primera visita quiere que sea la de la alcaldesa de Cartagena, Pilar Barreiro. «Me lo prometió», dice Ramón con una sonrisa.

Más de un millar de fotografías se acumulan por paredes, sillas y mesas, y todas con el toque personal que le ha dado Ramón con los colores de la bandera de España y su Suspiros de España, diseñado, fabricado y montado por él mismo. Dedica cada día más de tres horas a clasificar todo su archivo, «aunque a veces se me hacen las tres de la madrugada». confiesa.

Sus compañeros de profesión siempre le han gastado la broma de que su cámara carece de carrete porque nunca entrega fotos, pero se defiende alegando que lo que busca es aumentar su archivo. Con su cámara, Ramón ha inmortalizado toda la vida social de Cartagena y guarda con cariño las instantáneas del Rey Juan Carlos I, Julio Iglesias, Ortega Cano, Ramón Luis Valcárcel y Arturo Pérez Reverte, de los que dice que son sus familiares.

Los recuerdos de Ramón son innumerables. Cuenta con cariño su vuelo en helicóptero con el Rey Don Juan Carlos y la Reina Sofía cuando todavía eran príncipes en 1970, o la llegada de las primeras mujeres suecas a La Manga.

Aunque el incendio de la refinería de Escombreras hace treinta años fue uno de los acontecimientos que más le marcó. Con aquel reportaje y otro sobre un barco que colisionó en el puerto obtuvo dos premios nacionales de periodismo gráfico.