El ex primer ministro francés, que inauguró ayer en Cartagena la Semana de la Novela Histórica, pide a Europa que tome decisiones propias para ser una potencia.

Lo mismo habla con apasionamiento de la crisis de identidad europea que de la vida de Napoleón Bonaparte. Intelectual, diplomático, ensayista y poeta son algunas de las facetas a las que se entrega en cuerpo y alma quien entre los meses de mayo de 2005 y 2007 fue primer ministro de la República Francesa: Dominique de Villepin (Tánger, Marruecos, 1953). El político conservador de elegante figura y bronceado rostro visitó ayer Cartagena para inaugurar la IX Semana de Novela Histórica y hablar de su libro Los cien días, en el que relata el regreso de Napoleón de su exilio en la isla de Elba para abandonar su endiosada imagen de emperador y convertirse en un hombre de Estado, antes de su derrota definitiva en Waterloo.

Al ex primer ministro le fascinan los personajes históricos de alargada sombra. Por eso se muestra escéptico y dice sin dudar que ahora ya no quedan políticos de proyección mundial: «Es uno de los problemas más inquietantes del mundo actual».

«No hay capacidad de liderazgo con visión histórica», insiste el intelectual francés, quien sostiene que el relativismo mundial y el acelerado ritmo al que se mueve la actualidad ahogan cualquier intento de liderazgo. «Necesitamos personajes capaces de tomar riesgos por una idea. Es más fácil gobernar un país en el día a día que tratando de cambiar el curso de la historia».

Entre los pocos personajes actuales a los que Villepin salva del olvido eterno está Nelson Mandela, a quien pone de ejemplo por su capacidad para demoler los altos muros del apartheid en Suráfrica y conseguir conciliar los intereses de blancos y negros en una nueva sociedad.

El intelectual también es crítico con la actual situación de Europa, de cuyo estancamiento político da fe y encuentra su origen en los intereses tan dispares que tienen sus 27 miembros. «Es difícil tener un rumbo común. Hay que cambiar las cosas y modificar el ritmo de trabajo, que hoy en día es demasiado lento», advierte.
This entry was posted on 5/14/2008 and is filed under , , , , . You can follow any responses to this entry through the RSS 2.0 feed. You can leave a response, or trackback from your own site.