Cultura y Tradición a través de Imágenes

Calasparra se echó ayer a la calle para recibir a su patrona, la Virgen de la Esperanza, que como cada año llegó al pueblo coincidiendo con el primero de mayo. Sin embargo, en esta ocasión la visita será efímera debido al año jubilar. La Virgen permanecerá en la iglesia de San Pedro sólo hasta el domingo.

La imagen salió del santuario junto al río Segura a las cinco de la tarde e hizo la entrada en la localidad a las ocho. Como cada año las autoridades, la banda de música y los patronos Abdón y Senén acudieron a recibirla a la avenida de Ordóñez.

La calle de Socovos, calle tradicional por la que el pueblo recibe a su patrona, estaba engalanada como siempre con guirnaldas, macetas, tomillo y romero. También como cada año se abrió la puerta de la Esperanza del templo de la Merced, portón que únicamente es abierto para la entrada de la Patrona al pueblo.

Ha sido el Año Jubilar lo que ha motivado que la Virgen permanezca tan poco tiempo en la localidad, debido a que la afluencia de gente al santuario obliga a que las imágenes estén en su ermita. Por lo tanto, este año no se celebrará durante todo el mes la clásica ofrenda de flores; sí habrá la visita a un barrio como cada año, en esta ocasión al de San Pedro. Y el próximo domingo, bien de mañana, el cuerpo de anderos volverá a hacer a pie los seis kilómetros que devolverá a la Esperanza hasta su Santuario.

La Virgen comenzó a venir para pasar todo el mes de mayo en Calasparra en 1915, pero la primera vez que fue traída a la localidad sucedió en 1722, hace por tanto 286 años. Y eso es lo que se celebra y lo que ha motivado la concesión del presente año como Año Jubilar de la Esperanza.