Roma deja paso al 'progreso'.
5/08/2008 | Author:

Los vecinos de la pedanía de El Jimenado denuncian la destrucción de una villa romana del siglo I para permitir la construcción de una urbanización.

Apenas hace unos meses, en las II Jornadas Etnográficas del Campo de Cartagena, el profesor Antonino Blanco afirmaba que en el campo cartagenero sólo había que rascar con las manos un poco el terreno para encontrar verdaderas joyas arqueológicas. Lo que ninguno de los presentes podía imaginar era que apenas a unos kilómetros, en el paraje del Galtero de la pedanía pachequera de El Jimenado, acaba de descubrirse una posible villa romana construida entre los siglos I y III después de Cristo.

Dos arqueólogos remitidos al lugar en el año 2006 por el Servicio de Patrimonio de la Comunidad Autónoma debían realizar -con urgencia y en un plazo de un mes- las catas del terreno para la correspondiente tramitación de permiso de obras al ayuntamiento, pues en el lugar está previsto construir un complejo residencial.

Las investigaciones de aquellas catas fueron publicadas en las XVIII Jornadas de Patrimonio Cultural, en el capítulo de intervenciones que había realizado la propia Comunidad Autónoma en el área arqueológica. Pero hoy en día, las excavadoras remueven los muros de lo que posiblemente fuese aquella villa rústica romana; pues los técnicos no pudieron ni tan siquiera excavar con la suficiente profundidad, ni mucho menos realizar las suficientes catas en un terreno tan amplio para concluir la importancia histórica y arqueológica de lo que allí se encontraba.

Ahora las piedras de los muros que colocaron los romanos hace dos mil años se amontonan a orillas de las obras que remueven las palas; como ha podido comprobar La Verdad. En lo que en aquella época podía tratarse de la vía principal de la villa romana, un gran tubería para la conducción de las aguas de la futura urbanización ha eliminado de un golpe el conjunto de toda la villa.

En las investigaciones que publicó la Comunidad Autónoma refiere la existencia de dos áreas, «una parte referida a un complejo de edificios que en su conjunto se podría articular como un conjunto romano o villa». También se destaca la existencia de muchos muros que en sí pueden interpretarse como un conjunto de diferentes viviendas «con sus correspondientes muros de separación interna de habitaciones» según el estudio.

Balsas de esparto

Como curiosidad, en la villa aparecen grandes balsas alineadas de este a oeste, «con una longitud media de 8 metros en dirección este-oeste por otros 6 en dirección norte-sur, aproximadamente». Lo que ahora sería catalogado como una piscina no era tal, sino que los investigadores trabajan con la hipótesis de que fueran balsas para cocer el esparto.

Otra posibilidad es la que apunta el profesor de la Universidad de Murcia, Javier García del Toro, quien cree que no pueden ser balsas para este menester «pues esta tarea producía olores fétidos, similares a los orines, por lo que siempre se construían dichas balsas en las afueras de la villa». García del Toro cree que son balsas que se destinaban al almacenamiento del aceite o de vino.

Según el mismo profesor, este yacimiento, y considerando que no se han realizado los trabajos rigurosos de excavación sobre el mismo, pues tan sólo se hicieron unas catas en 30 días, «puede tratarse de una villa romana con dos partes», a un lado las habitaciones y al otro lado las balsas con agua y aceites y el resto de la infraestructura.

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