Reformadas por Juan XXIII, estas homilías, en las que el sacerdote oficia de espaldas, fueron restablecidas por Benedicto XVI.
Un nutrido grupo de fieles de todas las edades asistió ayer con suma devoción a la celebración de una eucaristía por el rito tridentino, es decir, en latín y con el sacerdote de espaldas al pueblo, que acogió la iglesia parroquial de San Bartolomé Santa María.
La misa fue oficiada por el padre Pedro Javier Moya, sacerdote del colegio Americano de Totana, por invitación del párroco Juan Sánchez, que ya ha oficiado otras eucaristías en su parroquia, con el mismo ritual.
Los fieles que concurren a dicha eucaristía son personas que desean vivir su fe en la liturgia tradicional. Unos porque la añoran y otros, los más jóvenes, porque desean conocer esa vía espiritual.
El párroco de San Bartolomé Juan Sánchez, puntualizó que no se trata de un reducto de «carcas» como alguien los ha llegado a tildad, sino de personas que ejercen su libertad de pensamiento y acción en la unidad de la misma fe. El obispado fue el que solicitó al párroco que atendiera la demanda de los fieles, dentro de lo dispuesto por el Papa Benedicto XVI.
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