El espacio cultural será inaugurado el 27 de junio con la Orquesta Sinfónica de la Región.

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Atrás quedan cuatro siglos de abandono y ruina. Las obras de acondicionamiento acometidas desde hace un año en el castillo de Mazarrón han permitido habilitar en su patio de armas un mirador y un auditorio al aire libre, que será inaugurado el 27 de junio con un concierto a cargo de la Orquesta Sinfónica de la Región de Murcia. La inversión ha superado los 464.000 euros, sufragados por la Consejería de Obras Públicas y el Ayuntamiento. El auditorio aspira a convertirse en un nuevo espacio cultural para espectáculos musicales, obras de teatro y ciclos de cine.

Mazarrón recupera así para uso público un monumento, en pleno casco antiguo, sobre el que durante cuatrocientos años han campeado el deterioro y la desidia. La fortaleza, en un cerro volcánico, fue levantada a principios del siglo XVI por el marqués de los Vélez para proteger sus posesiones (principalmente sus ricas minas de alumbre) del ataque de los corsarios berberiscos procedentes del norte de África. Desde esta privilegiada atalaya urbana se divisa el mar (a unos ocho kilómetros de distancia) y era fácil advertir el desembarco de los piratas.

Estas murallas y torreones también simbolizaron el dominio y la opresión que los nobles de la villa ejercieron sobre sus súbditos. Con el paso del tiempo, los mazarroneros consiguieron liberarse de ese yugo, y mascullaron su venganza. Y así a principios del XIX, los vecinos no encontraron mejor uso que darle al recinto amurallado (que ya llevaba dos siglos abandonado) que utilizar esos terrenos para dar sepultura a las víctimas de una terrible epidemia de fiebre amarilla que se declaró por entonces. Aquella práctica acabó creando un problema de insalubridad, y finalmente se decidió trasladar el camposanto a extramuros. En 1880, los residuos extraídos de un pozo minero abierto en el mismo castillo se utilizaron para tapar las tumbas que allí quedaban. La historia negra de la fortaleza de los Vélez se completó en la época de esplendor de las minas, cuando se decidió que ésa debía ser la zona donde las prostitutas ofrecieran sus servicios, según recuerda el cronista de Mazarrón, Mariano Guillén. La degradación de este histórico espacio continuó hasta los años setenta del pasado siglo, cuando un grupo de familias se asentó en unas casas cuevas excavadas en la falda de esta atalaya defensiva.

Pero la historia pasa ahora página. El patrimonio que aún atesora la fortaleza, bien de interés cultural desde el año 1985, ha marcado el diseño del proyecto de adecuación, redactado por los arquitectos Severino Sánchez Sicilia y Rafael Pardo Prefasi, los mismos que han rehabilitado la modernista casa consistorial. Los técnicos no han querido alterar «la imagen ni el entorno» del conjunto monumental. Así toda la construcción, a base de materiales blandos, es reversible, esto es, llegado el momento puede desmontarse para dejar la zona tal y como estaba. Sobre el terreno se colocó una lámina geotextil a partir de la cual se han levantado terrazas a base de gaviones, que son jaulas de acero rellenas de piedras sin labrar y sin mortero (mampuesto). Esta estructura ha sido recubierta con tarima de madera de pino donde se acomodarán los espectadores. En la zona sur se yergue ahora un escenario ovalado, bajo el que ha quedado un almacén que puede ser utilizado como camerinos.

El complejo fortificado también ha visto mejorado los accesos, se ha reforzado la iluminación y se ha ajardinado la zona. «Hemos creado un espacio urbano que puede ser utilizado durante todo el año», explica Rafael Pardo.

Mazarrón alza la vista hacia la fortaleza, y parece querer reconciliarse con su pasado.

Ojeado en La Verdad.

This entry was posted on 6/05/2008 and is filed under , , , , , . You can follow any responses to this entry through the RSS 2.0 feed. You can leave a response, or trackback from your own site.